Michoacán
Pátzcuaro: A sólo 40 minutos de Morelia, este hermoso pueblo se remonta al Siglo
XIV y presume la segunda plaza colonial más grande de México. En tiempos de los
reyes purépechas, Pátzcuaro era lugar de recreo de la nobleza, y a su vez,
sitio de adoración religiosa; decían que ahí estaba la puerta del cielo por
donde descendían y subían los dioses. Actualmente los visitantes pueden pasear
por el Lago Pátzcuaro, conocer las tradiciones de sus islas y disfrutar de la
gastronomía local, famosa por la nieve de pasta, entre otros platillos. El
Teatro Emperador Caltzontzin, en el centro de Pátzcuaro, es una de las sedes
del FICM y durante el festival la audiencia puede disfrutar lo mejor del cine
nacional e internacional de manera gratuita.
Tzintzuntzan: A 30 minutos de Morelia y a diez de Pátzcuaro,
Tzintzuntzan ofrece una ventana a la cultura indígena de Michoacán, ya que en
tiempos prehispánicos fue la capital de los tarascos y aún se pueden visitar
cinco basamentos piramidales conocidos como Las Yácatas. El convento
franciscano de Tzintzuntzan, cuya construcción se remonta al siglo XVI, también
es notable, y se dice que los olivos que crecen en su atrio fueron plantados
por Vasco de Quiroga. Actualmente el poblado es reconocido por su riqueza
artesanal en materiales como el tule, el barro, la madera y la cantera. Su
gastronomía se distingue por el caldo ahogado, el atole de grano, el churipo de
pescado, las corundas y los charales.
Santa Clara del Cobre: Se localiza a solo 75 kilómetros de Morelia y su
entorno natural realza su sencilla arquitectura provinciana. Los habitantes de
este pueblo preservan una tradición de forjar el cobre el cobre a golpe de
martillo, lo que garantiza al visitante obtener una pieza única en cualquiera
de los talleres de los maestros artesanos. Santa Clara del Cobre es el
escenario de la famosa novela mexicana La vida inútil
de Pito Pérez, escrita por José Rubén Romero y adaptada al cine en
múltiples ocasiones. Los platillos recomendados en este lugar son el borrego,
las tortas de tostada de carne apache y el pan tradicional.
Tacámbaro: A 80 kilómetros de Morelia, en medio de un bello entorno boscoso, se
encuentra Tacámbaro. Aquí, los visitantes pueden conocer el santuario de la
Virgen de Fátima, famoso por sus cuatro pinturas de las vírgenes refugiadas de
Polonia, Hungría, Lituania y Cuba, traídas a Tacámbaro debido a que en sus países
de origen la religión católica era perseguida. Además, Tacámbaro cuenta con una
importante zona eco-turística, que incluye el Parque Cerro Hueco, la Alberca
(uno de los tres cráteres volcánicos llenos de agua con los que cuenta
Michoacán), la Laguna de Magdalena y la cascada de Santa Paula.
Tlalpujahua: A casi la misma distancia de Morelia que de la Ciudad de México, a
un poco más de una hora en coche, se encuentra Tlalpujahua, conocido como el
pueblo navideño de México por sus esferas artesanales. Entre sus atractivos
turísticos se encuentra el Santuario del Carmen, del Siglo XVII. También es
posible visitar las ruinas de la Capilla de Nuestra Señora del Carmen,
sepultadas en un accidente minero en 1932. Tlalpujahua conserva un conjunto
típico de arquitectura, y sus calles y cuestas empedradas han servido como
locaciones para películas de terror en muchas ocasiones.
Angangueo: A una hora y cuarto de la Ciudad de México y una hora y media de Morelia
está Angangueo, un pueblo minero de arquitectura colonial que incluye en su
entorno natural los santuarios de la mariposa monarca, ubicados dentro de la
reserva de la biósfera y nombrados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La
sierra de Angangueo sirve de refugio a millones de mariposas que viajan
anualmente desde Canadá y Estados Unidos, realizando un recorrido de alrededor
de cuatro mil kilómetros en 25 días. Llegan a Michoacán para reproducirse y en
la primavera, emprenden su regreso hacia el norte para concluir su ciclo de
vida. Este fenómeno sucede entre octubre y marzo.
Cuitzeo: Cuitzeo es la laguna más extensa de México. Se encuentra a sólo 34
kilómetros de Morelia y es el hábitat de diversas especies de aves. Además del
encanto natural de la laguna, el visitante puede conocer el convento agustino
de Santa María Magdalena, una construcción iniciada en 1550 con aspecto de
fortaleza medieval. La oferta gastronómica de Cuitzeo incluye charales, lechón,
ancas de rana, tortillas de maíz pintada de color vegetal y mole de guajolote.
Jiquilpan: Conocida como la ciudad de las jacarandas, Jiquilpan de Juárez está a
208 kilómetros de Morelia y a 524 de la Ciudad de México. Los visitantes pueden
disfrutar de una vista panorámica de la ciudad y de sus característicos árboles
desde la biblioteca Casa de piedra, situada en lo alto de una pequeña loma. Otros
atractivos turísticos de Jiquilpan son el Templo del Sagrado Corazón, en donde
hay un mural pintado por un discípulo de José Clemente Orozco, y la Biblioteca
Pública, alojada en un inmueble del siglo XIX. Entre los platillos típicos de
este pueblo están los pajaretes, las corundas, el buche y las carnitas de
cerdo.
Definitivamente Michoacán es un lugar perfecto para salir a explorar
ResponderEliminarMuy bonitos pueblos, perfecto para ir
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